Encontre en este blog una buena historia que para mi es un poco de terror, ahí les va:
FuenteTu ya estabas ahí. De hecho, tu estabas desde hacía mucho tiempo ahí. Sentada en tu mesa redactando artículos sin parar.Y un día contratan a una ola de personas.En esta época de crisis nos apetece que contraten a gente. A mucha gente. Y por eso me alegro por la ola de gente contratada. Pero no a él.No porque no quiera que tenga trabajo, que no es eso.No soy una mujer despechada. Soy una mujer íntegra y no me apetece llamarle “cabrón de mierda” cuando estemos reunidos con un cliente, o cuando en un correo interno la gente pida para ir a tomar café y tenga que responder “Si va él, yo no voy”. No estoy despechada, solo es una etapa sin cerrar que no me apetece empezar a cerrar ahora que ya tenía mi vida solucionada.Así no.Hay 1,45 millones de empresas activas en España (si, lo he mirado), y de entre todas esas, él tenía que venir a esta.Vale que 141.000 han echado el cierre este último año por culpa de la crisis y que por eso se ha visto obligado a buscar trabajo. ¡Pero no en mi empresa!Podía haber mandado su CV a otra. En un bar sirviendo copas, doblando ropa en unos grandes almacenes, envolviendo regalos, barriendo escaleras, respondiendo al teléfono… Joder, que hay un millón de trabajos dignos en el mundo. Mi empresa está bien, pero no tenemos cesta de Navidad, por lo que tampoco es la hostia.Vale. Hacía más de 2 años que no hablabas con él y por eso él no sabía que tú trabajabas ahí. Su cara de sorpresa cuando os han presentado ha sido digna de una fotografía con ampliación para colgar. La tienes grabada en la parte más primitiva de tu cerebro para recordarte que él no es nadie.Va a ser incómodo encontrártelo en la máquina del café apoyado con su pose de “a mi todo me va bien”, pero vas a aguantarlo.¿Y cómo sabes que vas a aguantarlo? Porque acaban de mandarte un correo desde dirección que tienes un nuevo esbirro trabajando en tu equipo. Él. Tú eres su jefa, y él solamente un esbirro.Si es el karma tiene estas cosas.
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